La almadraba es mucho más que un arte de pesca. La almadraba es un ritual milenario que se repite cada año frente a las costas de Barbate entre abril y junio. Se trata de un complejo entramado de redes situado a pocas millas de la costa cuya función es la captura de atunes que pasan por el Estrecho de Gibraltar a desovar hacia el Mediterráneo.
Este arte de pesca data de la época pre-romana y desde entonces la forma en que se capturan los atunes apenas ha variado. Desde hace tres mil años, los almadraberos han levantado los atunes para extraer el oro rojo del mar, convirtiendo su actividad en un modo de vida y en una cultura propia que se puede respirar en cada rincón de Barbate.
Uno de los mayores espectáculos que se pueden contemplar en Barbate es la ‘levantá’, el momento en el que las redes del copo (uno de los habitáculos del laberinto de redes donde se mantienen los atunes) son levantadas poco a poco, emergiendo a la superficie el mayor manjar de la gastronomía barbateña que con su aleteo convierte las aguas en espuma.
A continuación, los pescadores más experimentados saltan al agua con arpones, donde seleccionan los ejemplares más grandes. Esta es la gran ventaja de la almadraba, que se trata de una pesca sostenible en la que los atunes más pequeños son soltados para que alcancen su madurez y desarrollo adulto.
En el término municipal de Barbate se pueden ver dos de las cuatro almadrabas de la provincia de Cádiz. Por un lado, es fácil divisar la almadraba de Barbate desde el puerto pesquero o desde la playa de Nuestra Señora del Carmen en los meses de primavera. Por otro lado, Zahara de los Atunes también cuenta con su propia almadraba que se puede divisar en un día claro desde Punta Camarinal.
El atún de almadraba es la estrella de la gastronomía barbateña, con un recetario tan amplio como la propia historia de su arte de pesca. Desde la cocina más tradicional hasta la innovación culinaria, del atún se aprovecha absolutamente todo. Aunque el plato más conocido puede ser el atún encebollado, cocinado de toda la vida en cada una de las cocinas de Barbate, existen otras deliciosas propuestas con el atún como protagonista que suponen un placer para los sentidos. Algunas de ellas son el atún a la plancha, el arroz con atún, la ijada, la mojama y la hueva de atún, el atún mechado, y un largo etcétera que convierten Barbate en una referencia gastronómica.
Pero la cocina barbateña va mucho más allá, y como pueblo marinero, en su gastronomía típica se incluyen todo tipo de platos realizados con los pescados de la bahía. Por algo, de estas costas surgió el famoso garum romano. Entre las delicias culinarias que se pueden degustar en cualquier rincón de Barbate están los boquerones, sardinas, jureles, calamares, el pez espada o la caballa, cuyo guisado con fideos da lugar a otro de los platos típicos de la cocina barbateña.
Tampoco hay que olvidarse del apartado de carnes, en el que la vaca retinta tiene un lugar privilegiado. Además, el Parque Natural y su entorno ofrecen una amplia variedad micológica que también está muy presente en la gastronomía local, así como la producción de piñones, usados para salsas y dulces.
Por tanto, la gastronomía barbateña ofrece una amplia variedad de sabores para todos los gustos, que se pueden disfrutar en cualquiera de sus establecimientos de restauración. Una visita al Mercado de Abastos también permite ver de primera mano la calidad de los productos, siendo un espectáculo para los sentidos bajo un techo coronado con pinturas de atunes y corales en el fondo del mar, convirtiéndolo en un verdadero templo sumergido.