La costa barbateña está ubicada en un lugar estratégico y privilegiado para observar las migraciones de aves, al encontrarse en el paso del continente europeo al africano, y del Mar Mediterráneo al océano Atlántico. Esto crea un constante flujo de aves migratorias entre las que destacan la cigüeña blanca, el milano negro, el abejero europeo o la culebrera europea.
Se han descrito más de 200 especies diferentes que se pueden observar en el término municipal de Barbate, de las que un 23 por ciento son sedentarias, el 14 por ciento nidificantes estivales, el 21 por ciento en paso y el 24 por ciento invernantes. El resto son especies nidificantes estivales que también se ven durante las migraciones o especies sedentarias que aumentan sus poblaciones en invierno. Por tanto, la observación de aves se convierte en una actividad ideal para realizar en cualquier época del año.
En el término municipal de Barbate se pueden observar especies tan emblemáticas como la gaviota de Audouin, el cernícalo primilla o el sisón común, además de un centenar de especies amenazadas. Esta amplia diversidad viene favorecida por la gran variedad de paisajes y ecosistemas que se enmarcan dentro del término municipal de Barbate, y que lo convierten en un destino obligado para los amantes de la ornitología. Además, el estado de conservación que presentan estos enclaves permite la existencia de aves de alto valor ornitológico, como es el caso de las especies acuáticas que pueden verse en las marismas del río Barbate.
Además, el Parque Natural de La Breña y Marismas del Barbate, hogar de muchas de estas especies, tiene la declaración de Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA), por su especial relevancia para la avifauna, al ser paso obligado en las rutas de las aves migratorias, tanto terrestres como marinas. Por último, el Tómbolo de Trafalgar se localiza en un lugar privilegiado para el seguimiento de la migración de especies de aves pelágicas.