Es una fiesta organizada por la delegación de fiestas del ayuntamiento, que nació hace tres años. Ésta acontece en la Plaza de la Inmaculada, frente al Ayuntamiento y mientras se están dando las campanadas, los asistentes al evento en vez de dar la bienvenida al Año Nuevo con uvas, lo hacen con conguitos.
Como es tradicional, el alcalde saluda a los asistentes de este evento, deseándoles una buena entrada de año y un próspero Año Nuevo.
Sin embargo, antiguamente fueron peñas locales las que acudían a la Plaza de la Inmaculada la noche del 31 de diciembre para escuchar las campanadas y comerse las uvas, recibiendo así el Año Nuevo, con la particularidad de que iban disfrazados. Posteriormente ya cambió esta tradición y comenzaron a lucir sus mejores galas.